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Se han producido saqueos y ataques incendiarios que han dejado ms de 50 personas detenidas y 30 heridos
“Son cerca de 700 personas que han salido a la calle no a conmemorar nada, no a luchar por ninguna causa, sino a cometer delitos que nosotros rechazamos“, seala Manuel Monsalves, subsecretario del Interior. “En estos momentos quienes estn en las calles no son ciudadanos que se estn manifestando, son personas que estn cometiendo delitos”, aade.
El balance ya entrada la madrugada de este mircoles en Chile indicaba saqueos y ataques incendiarios, con especial predileccin por los Carabineros, la polica militarizada chilena. Ms de 50 personas fueron detenidas, 30 resultaron heridas y se reportaron saqueos e incendios intencionales en farmacias, gasolineras, supermercados y automviles.
A tres aos del estallido social que a partir del 18 de octubre de 2019 cambi la poltica chilena, el gobierno de Gabriel Boric vivi todo el martes en tensin: un estallido grave de violencia hubiera cuestionado su capacidad para comandar la situacin.
El centro de Santiago observ un movimiento mucho menor al habitual durante el da, y entrada la tarde las oficinas, escuelas, centros universitarios y comercios ya haban terminado, en su mayora, la jornada.
“Se ha garantizado la normalidad en el transporte pblico. El 96% del metro funcion y solo debimos cerrar tres estaciones en el centro de Santiago”, celebra Monsalves. “Se ha permitido el retorno seguro y tranquilo de las personas a sus hogares”.
As, en esa situacin de anormalidad, Chile fue conteniendo la respiracin. En Puente Alto, una zona deprimida de Santiago, un grupo de personas secuestr un autobs de transporte pblico y lo estrell contra un supermercado para saquear.
El gobierno dio a entender, con claridad, que tema que el descontrol fuera mayor: “Hemos podido reaccionar y actuar antes amagos de saqueos importantes”.
Al inicio del da, el presidente Boric haba intentado calmar los nimos, consciente de que sus polticas, con mucha frecuencia, irritan al flanco ms izquierdista de su coalicin, al tiempo que desde el centroderecha y la derecha se lo acusa de tener manga ancha con ciertos grupos violentos.
“El estallido no fue una revolucin anticapitalista y tampoco, como han querido instalar en los ltimos das, una pura ola de delincuencia”, dijo Boric. “Fue una expresin de dolores y fracturas de nuestra sociedad que la poltica, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuesta”.
“El estallido social expres y trajo consigo mucho dolor y ha dejado enormes secuelas. No vamos a permitir que sea en vano”, aadi el presidente, que a sus 36 aos es el ms joven de la regin. “Nos agredimos los unos a los otros. Las cosas llegaron a un extremo que no deban haber llegado. La protesta social no puede ser sinnimo de violencia”.
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