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Los legisladores alemanes aprobaron el jueves una serie de medidas para endurecer la política de inmigración del país, donde el número de solicitantes de asilo aumentó considerablemente el año pasado.
El aumento de más del 50% en las solicitudes de asilo en Alemania el año pasado, junto con la acogida de un millón de refugiados ucranianos, está poniendo a prueba las capacidades de las autoridades locales.
La medida también beneficia al partido AfD (Alternativa para Alemania), de extrema derecha que está experimentando un fuerte aumento en las encuestas.
“Nos aseguraremos de que las personas que no tienen derecho a permanecer en nuestro país se vean obligadas a marcharse más rápido”, afirmó el jueves el ministro del Interior. Nancy Faeser, sobre el plan que busca “una expulsión más rápida y eficaz”.
Deportar a personas a las que se les ha negado asilo a sus países de origen liberará recursos para las personas que Alemania necesita acoger, afirmó.
“Quienes huyen de la guerra y el terrorismo pueden contar con nuestro apoyo”, añadió Faeser, miembro del partido Socialdemócrata de la canciller. Olaf Scholz que gobierna en coalición con los verdes y los liberales.
Las medidas adoptadas otorgan a la policía más poderes para buscar a personas a las que se les ha ordenado abandonar el país e identificar a los inmigrantes.
Además, la duración máxima de la detención antes de la deportación aumentará de 10 a 28 días, para dar a las autoridades más tiempo para organizar las deportaciones.
Las asociaciones de defensa de los derechos humanos han criticado estas nuevas disposiciones, y Colegio de Abogados de Alemania Afirmó que no existe ninguna “proporcionalidad”.
El gobierno cree que este conjunto de medidas permite 600 deportaciones adicionales cada año.
Faeser señaló que una aplicación más estricta de la política existente llevó a un aumento del 27 por ciento en las deportaciones el año pasado, a un total de 16.430.
Según cifras oficiales de En 2023 se registraron 329.120 nuevas solicitudes de asilo.
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