Bolsonaro y Lula, rivales ms all de la poltica

Trabado, tenso y agotador en sus clichs y reiteraciones, lo ms importante del ltimo debate entre Luiz Inacio Lula da Silva y Jair Bolsonaro sucedi una vez que termin.

La incisiva Renata Lo Prete, entrevistadora de la TV Globo, le pregunt a Bolsonaro si respetar el resultado en caso de perder el domingo. Y el candidato a la reeleccin, por primera vez en la campaa, dio una respuesta razonable sobre el tema: “No hay dudas, el que tiene ms votos gana, eso es la democracia”.

A esa altura de la madrugada del sbado, Lula ya estaba abandonando el plat de la Rede Globo en Ro de Janeiro. Se iba junto a Janja, esposa y arma de campaa. “Estoy feliz gracias a Janjinha, es la fuente de agua de la que bebo”, dijo hace un mes el ex presidente brasileo, que a sus 77 aos busca instalarse por tercera vez en el Palacio del Planalto. “Janja me devolvi la alegra por la vida, la voluntad por hacer las cosas. Redescubr una palabra llamada amor, solo el que ama sabe lo que es eso”.

Pero ms all del amor que sienta Lula por Rosngela (Janja) da Silva, una sociloga de 56 aos, esas manifestaciones pblicas del lder izquierdista en la previa de la primera vuelta no fueron inocentes ni casuales: Janja le suma votos a un Lula que busca derrochar sensibilidad ante un Bolsonaro acusado de fro y desinteresado por la suerte de los dems. Aunque el actual presidente tiene una carta igual de potente, Michelle, de 40 aos, 27 menos que el candidato de la derecha dura.

Con todo lo que se detestan, Lula y Bolsonaro coinciden en algo: ambos se han casado tres veces, aunque el lder del Partido de los Trabajadores es dos veces viudo, en tanto que el candidato del Partido Liberal es dos veces divorciado.

Al igual que Bolsonaro y Lula, Michelle y Janja no podran ser ms diferentes. La esposa del presidente es intrprete de lenguaje de seas, en tanto que la del ex presidente es sociloga. Michelle, que ha ganado protagonismo en los ltimos tiempos, lleg a decir que “la mujer es ayudante del marido”, frase que Janja no dej pasar.

“No voy a ayudar, no voy a ser ayudante. Voy a estar a tu lado, junto a ti, luchando”, dijo la sociloga a Lula, al que conoce desde hace aos y del que se enamor cuando el ex presidente estaba en la crcel por una condena por corrupcin que terminara siendo anulada.

Tan importantes son Janja y Michelle en la campaa, que las fake news, poderossima arma en la poltica brasilea, se han ensaado con ellas.

Protagonismo femenino en poltica

“Las mujeres estn ganando ms protagonismo en la poltica, y las campaas dan ms protagonismo a las acompaantes para intentar sealar la preocupacin de las candidatas por el universo femenino”, destac Folha de Sao Paulo. Se busca “campaas menos masculinizadas”.

Janja se mueve con comodidad ante las cmaras. En el inicio de la campaa le hizo un “regalo de casamiento” a Lula: el pegadizo jingle de la campaa de 1989 -es la sexta campaa del ex presidente-, reversionado y adaptado a los gustos actuales. Y Michelle, que dio un discurso en lenguaje de seas el da de la asuncin de Bolsonaro, es una ferviente evanglica, duea de un discurso firme que encanta a los votantes de la franja religiosa, muy amplia en Brasil.

Ah est, quizs, la gran divergencia de Janja con Lula. El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) debi comprometerse a una serie de temas con las iglesias evanglicas, y respondi enftico con un “no soy abortista, y Janja tampoco!”, cuando Bolsonaro le ech eso en cara. Janja se mantuvo aparte de la puesta en escena del acuerdo entre Lula y los evanglicos, cuyos lderes apoyan mayoritariamente al actual presidente.

La sociloga Janja no ignora que en Brasil la presidencia no se gana de espaldas a Dios. Hace ms de tres dcadas, Fernando Henrique Cardoso tuvo la osada de declararse ateo en una entrevista cuando buscaba la alcalda de Sao Paulo. Perdi. Aos despus gan la presidencia y supo responder cuando el tema religioso se le cruz en el camino. Otros tiempos: en el Brasil de hoy, Lula y Bolsonaro cuentan con instalarse en el Planalto con votos terrenales y alguna ayuda del ms all.

Polarizacin extrema

Polarizados al extremo, muchos brasileos creen que un triunfo de Bolsonaro significara el final de la democracia, en tanto que muchos bolsonaristas temen que, si triunfa Lula, el pas se convierta al “comunismo”, al igual que Cuba, Venezuela, Colombia, Chile y Argentina, pases a los que igualan y ubican en un imaginario eje del mal dictatorial de izquierdas.

Hay otros brasileos que aportan una visin un tanto diferente. Marcio tiene 26 aos, vive en Sao Paulo, estudia medicina y asegura estar muy, pero muy cansado. “No aguanto ms. Esta campaa fue demasiado larga, no quiero escucharlos ms. Que suceda lo que tenga que suceder”, dice a EL MUNDOel futuro mdico, que refleja el agotamiento de un Brasil sometido a altsima tensin desde hace ocho aos.