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El acuerdo impone restricciones muy estrictas a las comunicaciones del expresidente con los otros 18 imputados en la causa
“Ex presidente de los Estados Unidos en libertad bajo fianza” es una frase que ningún periodista pensó que escribiría. Pero un juez del área metropolitana de Atlanta, en el estado de Georgiaaprobó un acuerdo entre los abogados Donald Trump y el fiscal fanny willis imponer un fianza de 200.000 dólares (184.000 euros) al expresidente en la causa por la que fue remitido a los tribunales el lunes de la semana pasada por un supuesto intento de eludir las elecciones de 2020, que perdió. Joe Biden. A otros dos acusados, los abogados de Trump, John Eastman y Kenneth Chesebro, también se les ordenó pagar una fianza de 100.000 dólares (91.000 euros) cada uno.
El acuerdo alcanzado entre el fiscal y los abogados de Trump también establece restricciones muy estrictas a las comunicaciones del expresidente con los otros 18 imputados en el caso. También advierte al expresidente que no amenace, coaccione, intente manipular ni revele información privada sobre otros acusados, testigos o funcionarios judiciales, incluidos abogados, jueces y fiscales.
Esta dureza se debe a la costumbre de Trump de atacar, a menudo en las redes sociales, a testigos, jueces o fiscales, pero también a sus familias. Así, Trump atacó su red social Verdad no solo el juez que escucha su caso penal en Nueva York, Juan Mercader, pero también su hija, que no tiene relación con el juicio. En el juicio por secretos de estado, el fiscal especial Jack Smith advirtió a Trump que moderara sus declaraciones.
Y en el caso de Georgia, el expresidente afirmó que Willis fue responsable de miles de muertes violentas en su jurisdicción. Ayer, justo cuando sus abogados negociaban con la fiscalía, el expresidente publicó un mensaje en sus redes sociales Verdad diciendo que Georgia podría enfrentar “una ola gigantesca de violencia” en el futuro en lo que parece ser una amenaza velada. El expresidente ya ha intentado influir en al menos un testigo de ese caso a través de las redes sociales.
En los EE. UU., intentar influir en los testigos o intentar destruir pruebas es un delito muy grave. El mejor ejemplo es el de Sam Bankman-fritoel multimillonario de las criptomonedas acusado en 2022, que acaba de ser trasladado del arresto domiciliario a una de las prisiones más duras de Nueva York por filtrar documentos dañinos al fiscal del caso y tratar de coordinar su defensa con uno de sus socios.
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