[ad_1]
misioneros burgaleses José Antonio Maeso Trabaja fragmentado y a contracorriente, parece el hombre de las mil vidas. Capellán de la prisión de Esmeraldasquien tiene alrededor 1.400 prisionerosJefe de Critas y durante años encargado de la Nación de Paz del Vicariato Apostólico en la zona más afectada por el narcotráfico en Ecuador, algunos llaman a Maeso “el cura de la pandilla”.
La figura de Maeso apareció en el peor momento la semana pasada, con un país oficialmente en “conflicto armado interno”con el Bloque de Seguridad (Fuerzas Armadas y Policía Nacional) desplegado en las calles y con siete cárceles amotinadas en cuyo interior quedaban 200 rehenes en manos de los reclusos.
Con ésos barbas y cabellos de misionero otras veces, el capellán podría abrir una ventana de diálogo al corazón del territorio comanche. En Esmeraldas, apoyado por el obispo Antonio Crameri, obtuvo la liberación de 14 funcionarios penitenciarios secuestrados. Anteriormente, 48 reclusos escaparon, de los cuales hasta el momento sólo cinco han sido recapturados.
¿Qué hace un burgalés metido en algo así? “Eso es lo que digo. Hay mucha tensión y por eso me comprometo a enviar un mensaje de paz. No somos conscientes del daño que podemos hacerle al país en estado de guerra. ¿Terminará entonces también el estado de guerra? “¿Nos quedará una sociedad tensa por el extremismo?” pregunta el padre español, que empezó en una parroquia de Aranda del Duero y aterrizó en Esmeraldas en 2006.
El éxito parcial de la Iglesia católica en medio de la crisis está ahora en duda. La violencia desatada por las fuerzas del orden tras la reconquista de la prisión provocó la denuncia pública de obispo Cramericon una carta dirigida al presidente Daniel Noboa:”los derechos fueron violados y dignidad de los privados de libertad con abusos y maltratos que llevaron a la muerte de Bryan David Villares, cuyo cuerpo vi fue golpeado hasta sangrar”.
“No es la primera vez que tengo problemas como este”, admite Maeso con cierto sarcasmo. Desde que se agravó la ola de violencia en Ecuador, el cura y sus hombres han trabajado “muy duro” con las víctimas y para pacificar los barrios populares.
“Ahora nadie quiere recordar que no sólo liberamos a 14 rehenes, sino que en el último levantamiento participaron 28 funcionarios. Pero critican al obispo por aparecer en el diálogo carcelario, incluso lo tildan de pedófilo. Hay un vínculo que utilizamos para salvar vidas. El obispo cometió el error de acompañarme en malas compañías.“, sonríe en medio de la tensión.
“La humillación no consigue nada”
El martes, Maeso, de 53 años, intentaba Distribuye ropa entre los presos. de la prisión “Han estado en boxers desde que la prisión fue tomada el fin de semana. Creemos que ya están alimentados, pero humillar a la gente no sirve de nada. Hay que ser más profesionales, los militares los tratan con desprecio y eso sólo genera más violencia, es el caldo de cultivo.
Debieron irse en paz, porque ya tenían terminada la prisión. Cuando entré estaban en la terraza, cooperaron en todo, ¿Por qué maltratarlos? Y después del maltrato vino la rebelión, no hay nada peor que un animal herido. Echa gasolina al fuego.. El incumplimiento del pacto (con los presos) me pone una diana en la cabeza y ya le he dicho al Gobierno que lo que me pase es su responsabilidad por el incumplimiento de los diálogos”, se queja el misionero a EL MUNDO.
Maeso arriesga su vida todos los días, dentro y fuera de la prisión. Siempre al borde del precipicio, pero siempre con una palabra adecuada para aliviar el dolor que respira Esmeraldas. Su trabajo en los barrios Ellos recibieron arrebatar a los jóvenes de las garras de los narcotraficantesIncluso protegieron a un centenar de personas amenazadas por las pandillas, que ya se encuentran fuera de la ciudad.
“Hasta ahora asalto las casas de los peones, que son los que mueren en todas las guerras. Y si defiendes al soldadito, que malvado eres. La gente no puede aplaudir el maltrato, perdemos humanidad, caemos muy bajo”. Que se sepa que No defendemos a estos criminales, sino la dignidad de las personas.“, profundiza el padre, golpeado estos días en las redes sociales junto al obispo y querido como pocos en los barrios donde trabaja.
“Aquí tenemos algo colosal. La pandemia nos matómarcan un antes y un después en el Ecuador. Los narcotraficantes tenían un campo muy amplio para extender sus redes. No había escuelas, no había nada. Y tampoco había dinero. “¿Dónde se podría encontrar el dinero?” pregunta de nuevo, sabiendo la respuesta.
Corrupción por todos lados
El resto de claves que llevaron a Ecuador a convertirse en el epicentro del narcotráfico en la región ya se conocen, aunque apunta Maeso atomización de banda y en El proceso de paz en la vecina Colombia.. Tampoco olvida la corrupción que emerge por todos lados, incluido el “caso Metstasis” que involucra a El Patrón (narcotraficante Leandro Norero), jueces, periodistas y políticos.
Norero también financió a la pandilla más importante de Esmeraldas y su penal, Los Tiguerones, los mismos que la semana pasada estallaron en violencia frenética en TC Televisión, imágenes que dieron la vuelta al mundo y precipitaron los hechos. “Algunos de los 13 agresores pasaron por allí”, revela el padre de familia a este diario.
El año pasado, su amigo, el obispo Crameri, alertó al país sobre la situación en Esmeraldas, pidiendo incluso que se declarara emergencia humanitaria. En esa rueda de prensa, sentado a su derecha estaba Maeso.
“Es un compromiso, al final te conviertes en el único eslabón para que esto sea diferente. Cuando un grupo de estos tipos deciden cambiar, nosotros los apoyamos. Así fue como bajó la violencia en un barrio. Los soldados de bajo rango son la gente . ¿Por qué enfrentar a un pueblo contra otro como si fuera una guerra civil? Aprendamos de la historia, todavía hay heridas en España. Busquemos espacios de reconciliación social, de los que el Estado se apropie no sólo por la fuerza. La corrupción está en la raíz de todas estas cosas, busquemos menos corrupción, más transparencia y justicia social”, insiste Maeso.
Es el padre de los llamados muñecos de terapia, que afrontan los conflictos con una sonrisa, y con ellos viajó a las Jornadas Mundiales de la Juventud en Panamá para disfrutar del Papa Francisco. En su galería de muñecos tiene a los demás “personajes” de este conflicto. Entre ellos destaca Patiza, la embajadora de la no violencia en uno de los países más violentos del planeta.
[ad_2]
