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Salah Abdeslam, condenado a cadena perpetua por los atentados yihadistas de París en 2015, fue sacado el miércoles de su celda en una prisión belga y trasladado a Francia.
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Abdeslam es el único miembro superviviente de la célula del grupo Estado Islámico que mató a 130 personas en la capital francesa en noviembre de 2015, el peor ataque terrorista en la historia del país.
Condenado en Bélgica el año pasado por planificar los posteriores ataques de 2016 en Bruselas, su traslado para continuar cumpliendo su condena en prisión francesa había sido bloqueado por un tribunal de apelaciones por motivos de derechos humanos.
La fiscalía federal de Bélgica confirmó el traslado, anunciado por primera vez por el abogado de Abdeslam, diciendo que había sido trasladado desde una prisión en Bruselas a la frontera y entregado a las autoridades francesas.
Tras los atentados de París, Abdeslam huyó a Bruselas, donde fue detenido en marzo de 2016, pocos días antes de los atentados suicidas que dejaron 32 muertos y centenares de heridos en el aeropuerto de Bruselas y en una estación de metro.
Las dos masacres fueron parte de una ola de ataques reivindicados por el grupo Estado Islámico en Europa.
Desde 2016, Abdeslam ha estado detenido principalmente en Francia, pero sus abogados dicen que se le debería permitir cumplir su condena en Bélgica, donde creció y tiene vínculos familiares a pesar de su nacionalidad francesa.
Un tribunal de apelación de Bruselas suspendió su traslado a Francia por temor a que violara el Convenio Europeo de Derechos Humanos y la protección del derecho a la “vida familiar”.
“Jurídicamente irrevocable”
La abogada de Abdeslam, Delphine Paci, calificó el traslado como una “flagrante violación del Estado de derecho”.
“Hubo claramente una colusión entre el Estado belga y el Estado francés para violar una decisión judicial”, dijo. “Se trata claramente de una especie de sed de venganza que ha prevalecido sobre el Estado de derecho”.
Pero en su comunicado, la fiscalía afirmó que el posible traslado de Abdeslam nunca estuvo en duda.
“El regreso de Salah Abdeslam a Francia al final del proceso penal fue jurídicamente irrevocable”, precisa el comunicado.
La fiscalía argumentó que el acuerdo jurídico celebrado por Bélgica para su traslado a Francia anulaba la decisión civil del Tribunal de Apelación de Bruselas.
Además, Bélgica corría el riesgo de quedarse sin base jurídica para mantenerlo detenido.
Aunque Abdeslam fue declarado culpable de los atentados de Bruselas, el tribunal no le impuso ninguna pena adicional puesto que ya había sido condenado en Bélgica a 20 años de prisión en 2018 por un tiroteo.
“Liberarlo obviamente no era una opción”, decía el comunicado.
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