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Un poeta armenio apátrida que murió luchando contra la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió el miércoles en el primer combatiente de la resistencia no francesa en ingresar al mausoleo del Panteón de los Héroes Nacionales.
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El tardío honor otorgado a Missak Manouchian fue visto como un reconocimiento largamente esperado a la valentía de los comunistas extranjeros –muchos de ellos judíos– que lucharon contra los nazis junto a los combatientes de la resistencia francesa.
“Judíos, húngaros, polacos, armenios, comunistas, dieron su vida por nuestro país”, declaró este fin de semana el presidente Emmanuel Macron.
“Es una manera de traer (al Panteón) todas las formas de resistencia interna, incluidas algunas que han sido olvidadas durante demasiado tiempo”, dijo al periódico comunista L'Humanité.
Los cuerpos de Manouchian y su esposa Mélinée, también combatiente de la resistencia, serán trasladados desde el cementerio parisino donde fueron enterrados juntos al Panteón.
Los nombres de 23 de sus camaradas de armas comunistas, incluidos combatientes polacos, húngaros, italianos, españoles y rumanos, se agregarán a una placa conmemorativa dentro del monumento.
Más informaciónManouchian entrará al Panteón en homenaje a los combatientes de la resistencia extranjera
Un refugiado convertido en luchador
Manouchian llegó a Francia cuando era joven a mediados de la década de 1920, después de huir cuando era niño de las masacres de armenios de la Primera Guerra Mundial en el Imperio Otomano al Líbano bajo mandato francés.
Se unió a la resistencia armada del Partido Comunista Francés en 1943, y pronto lideró a decenas de extranjeros que luchaban contra los ocupantes alemanes en la región de París.
Bajo su liderazgo, comenzaron a sabotear, descarrilar trenes, atacaron a soldados alemanes y asesinaron a un coronel alemán de las SS responsable del alistamiento forzoso de trabajadores franceses.
Manouchian fue arrestado en noviembre de 1943 y torturado, antes de ser fusilado a la edad de 37 años junto con una veintena de sus camaradas en febrero de 1944.
Tras sus condenas a muerte, un cartel de propaganda nazi que mostraba imágenes de diez miembros del grupo sobre un fondo rojo, conocido como el “Cartel Rojo”, pretendía demonizarlos como miembros de un “ejército criminal”.
Pero le salió el tiro por la culata y más tarde inspiró un poema del poeta francés Louis Aragon, una canción y varias películas.
Combatientes extranjeros
Manouchian, que estudió poesía y literatura mientras trabajaba en un astillero y una fábrica antes de la guerra, había solicitado la ciudadanía francesa en 1933 y 1940, cada vez sin éxito.
Fue uno de los muchos extranjeros en la Resistencia francesa.
Se trataba en su mayoría de “alemanes y austriacos antinazis, republicanos españoles que huyeron del franquismo, italianos antifascistas, polacos que huyeron del antisemitismo, armenios y judíos europeos del Este y de Alemania”, según el Ministerio de Defensa francés.
No se sabe exactamente cuántos de los 2,2 millones de extranjeros presentes en Francia en ese momento se unieron a la Resistencia.
Pero de los 1.000 combatientes de la resistencia ejecutados por los nazis en el fuerte Mont-Valérien, cerca de París, durante la ocupación, 185 eran extranjeros, explicó a la el historiador Denis Peschanski.
Esto representa una proporción mucho mayor de extranjeros que entre la población del país antes de la guerra, de alrededor de 40 millones.
“Heroísmo discreto”
Bajo Macron, desde 2017, tres personas han ganado un lugar en el Panteón: el escritor Maurice Genevoix, el ícono de los derechos de las mujeres Simone Veil y la artista nacida en Estados Unidos y miembro de la Resistencia francesa Joséphine Baker.
Baker –la primera mujer negra en recibir este honor– había obtenido la ciudadanía francesa antes de la guerra.
El año pasado, el presidente dijo que Manouchian también recibiría el honor, rindiendo homenaje a su “coraje” y “silencioso heroísmo”.
En ese momento, el Parlamento estaba debatiendo un controvertido proyecto de ley de inmigración, que Macron finalmente promulgó a principios de este año.
También pidió que el ex ministro de Justicia francés, Robert Badinter, que en 1981 puso fin a la pena capital en Francia, sea “panteonizado” tras su muerte a principios de este mes.
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