El Milagro de los Andes, en su 50 aniversario: “Nunca nadie me pidi hablar de laantropofagia”

Primero lleg la tragedia, el 13 de octubre de 1972: un avin de la Fuerza Area Uruguaya se estrella en una de las zonas ms inhspitas e inaccesibles de la Cordillera de los Andes y 11 de las 45 personas a bordo mueren. El 23 de diciembre llega el milagro: los 16 sobrevivientes son rescatados. A 50 aos de esa historia que conmovi al mundo y que fue objeto de decenas de pelculas y libros, aquellos rugbiers que jugaban en el Old Christians rozan los 70, pero se siguen juntando cada mes para compartir un asado. El tema de conversacin es siempre el mismo: la montaa.

“Todos tenemos una cordillera en nuestras vidas. No hay que quedarse en la parlisis de sentirse desgraciado”, dice Roberto Canessa, cardilogo infantil y uno de los dos hombres que camin durante diez das, junto a Fernando Parrado, para buscar un rescate. Las autoridades uruguayas y chilenas los haban dado por muertos haca semanas, noticia que ellos mismos haban escuchado en la radio. Estaban solos en la montaa, ya nadie los buscaba tras infructuosos intentos en los que el fuselaje blanco del Fairchild se confunda con la nieve.

“A nosotros no nos encontraron, nosotros fuimos a buscar el rescate”, enfatiza Carlos Paz Rodrguez al recordar el encuentro con el arriero chileno Sergio Cataln. El avin se estrell en Argentina, en el departamento de Malarge, pero Canessa y Parrado buscaron caminar hacia el oeste, hacia Chile, donde encontraron a Cataln.

El momento fue nico.

“Nosotros llevbamos unas barras largas de metal para apoyarnos al trepar en la montaa, y el hombre, desde lejos, pens que ramos cazadores. Le seguimos haciendo seas, pero el sol ya se ocultaba. ‘Maana, maana!’, nos grit desde lejos. Fue el ‘maana’ ms maravilloso de nuestras vidas”, recuerda Canessa.

Pez Rodrguez deja al pasar otro detalle importante: lo que les sucedi a ellos sera impensable hoy. “Con un celular (telfono mvil) la historia hubiera sido diferente”.

“Tena niera en esa poca”

Pero en 1972 no haba telfonos mviles, solo un grupo de entusiastas jugadores del club de rugby de Carrasco, una zona de clases medias y altas de Montevideo al borde del Ro de la Plata.

Pez Rodrguez, hijo de un famoso pintor uruguayo, ya muerto, Carlos Pez Vilar, se autodescribe sin concesiones: “Me preguntan con frecuencia quin sera si no hubiera vivido la historia de los Andes. ‘Sera un gran pelotudo’, contesto yo. La historia de los Andes me ense que el camino era diferente a por donde pensbamos. Yo era el hijo de 18 aos de un pintor famoso. l nos daba todo para que viviramos felices, malcriados y no lo molestramos con su arte. Fjate que yo tena niera en esa poca, que fue la que me hizo la valija para ir a la Cordillera”.

“Estaba a 4.000 metros de altura, un chico que nunca haba tenido hambre y fro y nunca haba hecho nada til. Ah me di cuenta de que poda hacer cosas. Sigo siendo malcriado, pero puedo ser consciente. Doy ms de cien conferencias al ao en el mundo entero porque esta historia habilita a hablar de trabajo en equipo, de toma de decisiones y, sobre todo, de una palabra muy de moda, la incertidumbre”.

El choque

La descripcin del choque del avin contra la cordillera -producto de errores del copiloto y de los controladores areos chilenos- es estremecedora: el aparato golpe tres veces con la montaa, se fue desmembrado con cada golpe y perdiendo gente en el camino. Lo que qued del fuselaje se desliz por ms de 700 metros por la nieve hasta ser frenado por un glaciar. En esos momentos en que los pilotos intentaban elevar la trayectoria para no chocar con la montaa, en esos momentos del avin golpeando contra la roca, agujeros abrindose en el fuselaje y gente expulsada hacia la muerte, Canessa tena un pensamiento.

“Pensaba en ese gran tema de qu pasa despus de la muerte. Y pensaba en que eso era algo que tena que tena que sucederme muchos aos despus”.

Canessa sigue hoy vivo, trabajando y dando conferencias. La fama que le dio el accidente le permiti en su juventud obtener una beca en Espaa para especializarse en cardiologa peditrica. Mira el mundo de hoy, sacudido por la guerra, y deja un consejo que lo gua en la vida: “Nunca se cansen de ser buenos”.

Muchos aos despus, la tragedia y milagro de los Andes fue contada una y mil veces, y lo seguir siendo.

“Todas las historias se cuentan a su manera. Creo que el libro ‘Viven’ es un poco la Biblia de la historia, luego se escribieron 26 libros ms, yo escrib uno sobre el da diez, que fue cuando nos dejaron de buscar”, explica Pez Rodrguez.

“Bayona es un obsesivo”

La historia vuelve a cobrar vida en Espaa con ‘La sociedad de la nieve’, una pelcula que est filmando Juan Antonio Bayona en locaciones que incluyen Madrid y Sierra Nevada.

“Vi un minuto de la pelcula y confirm que Bayona es un obsesivo por las cosas bien hechas. Le dije: sos un hijo de puta, en el buen sentido de la palabra”.

En esa pelcula est todo, tambin el aspecto quizs ms impactante de la historia, que fue la decisin del grupo de comer la carne de algunos de los muertos en el accidente. Antropofagia, canibalismo.

El avin no estaba preparado para alimentar a un grupo grande de gente durante das. Los sobrevivientes encontraron ocho barras de chocolate, una lata de mejillones, tres tarros pequeos de mermelada, una lata de almendras, unos dtiles, caramelos, ciruelas secas y varias botellas de vino. Durante los das posteriores al accidente dividieron todo en cantidades muy pequeas para que la comida durara el mayor tiempo posible. Parrado comi un solo man cubierto de chocolate durante tres das.

La situacin era insostenible, sus cuerpos les daban seales de que se estaban consumiendo a ellos mismos. Comerse la piel de los asientos y el algodn de los almohadones no serva para nada y era adems perjudicial.

Estaban desesperados. Pero… comerse a otro ser humano, aunque estuviera muerto? El grupo lo debati, a muchos los desgarr, varios buscaron ayuda y permiso en Dios: hablamos, al fin y al cabo, de un grupo de jugadores de un club catlico. Y, finalmente, comenzaron a hacerlo. Finas lonchas de piel, grasa o msculo, primero, bastante ms que eso con el correr de los das y semanas en un lugar donde solo haba hielo y nada de vegetacin o vida animal.

“Alguien no lo hubiera hecho?”

“En las conferencias que doy, a mitad de la charla, hago siempre la misma pregunta”, dice Pez Rodrguez cuando se le plantea el tema.

“Alguno de ustedes no lo hubiera hecho? Y nunca nadie levant la mano. Te estoy hablando de miles de personas”

“Hay una frase de San Francisco que me gusta mucho: empieza haciendo lo que es necesario, luego lo que es posible y luego te encontrars haciendo o imposible. Cuando vos vivs el proceso de das sin comer nada, de saber que no te buscan ms, las cosas se resuelven ms fcil”.

“Si ahora me cayera diez das en la Cordillera de los Andes yo no espero diez das para hacerlo. Nunca, ninguna de las empresas que me invit a dar charlas me pidi hablar de la antropofagia. Es ms, les pregunto a ustedes, alguno de ustedes no lo hubiera hecho? Veo que ninguno levanta la mano…”, insiste Pez Rodrguez ante un grupo de periodistas con el que est conversando.

“Y es lgico, porque lo ms sagrado que tenemos es la vida! La religin hasta te ayuda en el sentido de que sabs que el alma va para un lado y el resto es materia. El Papa de la poca, Paulo VI, no solo nos mand un telegrama de bendicin, sino uno de felicitacin diciendo que nosotros actuamos como verdaderos cristianos. Nos dijo que Dios puso al hombre en la tierra para vivir, no para morir. Y que incluso, de no haber hecho lo que hicimos, podra haber sido considerado suicidio”.