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Fue a la escuela, aparentemente limpio y sacó buenas notas. En las aulas se comportaba como cualquier otro niño. En casa, sin embargo, comía dulces, conservas y lo que le regalaban algunos vecinos, vivía en un piso en malas condiciones: sin calefacción y se duchaba con agua fría.
Esta es la historia de un niño de 11 años que sobrevivió a dos (entre 2020 y 2022) solo en casa en las condiciones antes mencionadas luego de que su madre se fuera de casa. Fue condenada por el tribunal de Angulema a 18 meses de prisión, seis de los cuales cumplirá con un brazalete electrónico. Además, no podrá ver a su hijo.
Los detalles de esta historia fueron contados por el diario charente libre. Madre e hijo vivían en Nersac, en el suroeste del país, pero ella dejó la casa donde vivían y se mudó a Sireuil, a unos kilómetros de distancia.
Le llevaba comida de vez en cuando, pero no dormía con él en casa ni lo llevaba a la escuela. Esto se comprobó gracias a los datos del teléfono. Además, Los gendarmes encontraron el frigorífico de la casa vacío y tampoco había ropa para los adultos.. Los vecinos también confirmaron que el niño vivía solo en la casa, aunque la madre, en su declaración ante el juez, lo negó.
Lo sorprendente, más allá de la historia, es el hecho de que nadie se había dado cuenta de las condiciones en las que vivía el menor y no lo había denunciado. En la escuela, como el niño progresaba mucho, ningún profesor notó nada. En su domicilio, los vecinos no lo denunciaron a la policía hasta que, finalmente, uno de ellos lo hizo de forma anónima.
Según el periódico Sureste, El niño es “muy maduro y muestra mucha resiliencia”, informó su tutor. “Desafío a cualquiera que pueda decir que ha detectado esta situación”, dijo la alcaldesa de Nersac, Barbara Coutourier, a los medios locales.
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