[ad_1]
El Ministro del Interior activa la primera parte del “plan B” para la expulsión de refugiados en situación irregular
El ministro del Interior británico, James Cleverly, firmará el martes un tratado migratorio reforzado con Ruanda, con la esperanza de resolver los obstáculos legales que han obstaculizado su estrategia de enviar solicitantes de asilo al país africano. El acuerdo bilateral revisado, que se firmará en Kigali, es uno de los engranajes clave del “plan b” del gobierno de Rishi Sunak para relanzar los vuelos de refugiados a la capital de Ruanda.
El plan para Ruanda se estancó sin despegar. Más refugiados desembarcaron del avión fletado a una empresa española antes de la sentencia preventiva del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la primavera de 2022. La política finalmente fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo británico en un fallo unánime el año pasado tres semanas.
El nuevo pacto eleva a la categoría de tratado internacional el acuerdo ideado por Londres para confiar a Kigali el procesamiento de los inmigrantes que llegan al Reino Unido por rutas no oficiales, en particular en barco a través del Canal de la Mancha.
Presentando inteligentemente el documento en el Parlamento de Westminster antes de la tramitación en ambas cámaras de un proyecto de ley de emergencia que definirá a Ruanda como un país seguro para la migración. Será la segunda parte del plan de Sunak para proteger la iniciativa de futuras acciones legales que impidan la exportación de solicitantes de asilo a África. Los ministros y sus portavoces también reiteran que Austria, Italia, Alemania y Dinamarca están considerando estrategias similares a la controvertida política británica.
El renovado entendimiento político-comercial entre Londres y Kigali debe incluir garantías para abordar las cuestiones planteadas por los jueces de la Corte Suprema sobre las deficiencias del sistema de inmigración de Ruanda y el riesgo de que verdaderos refugiados sean deportados a su país de origen. Esto violaría el llamado principio de “no devolución”. que reconoce el derecho de un solicitante de asilo a no ser devuelto a un país donde su vida corre peligro o puede sufrir malos tratos y torturas.
Los expertos jurídicos dudan del efecto práctico de la legislación propuesta por el Ejecutivo, cuyo contenido aún no ha sido revelado. Entre ellos, el abogado David Allen Green explica en su blog “The Empty City” el alcance de la resolución del máximo tribunal británico que considera, entre otros hechos jurídicos, el “principio de no devolución” como “derecho internacional consuetudinario”. vinculante e inalterable. “Ninguna legislación introducida por el gobierno permitirá que esta norma deje de aplicarse en el Reino Unido”, observa el abogado, en línea con quienes anticipan nuevas acciones legales para detener la entrega de refugiados a Ruanda.
Esta semana Sunak está blandiendo su Plan B de inmigración que prometió cuando fue rechazado por la Corte Suprema. La ofensiva comenzó el lunes con el anuncio de restricciones más estrictas a los visados de trabajo para extranjeros y límites monetarios al derecho a la reunificación familiar, que afectarán incluso a los británicos a partir de 2024.
El gobierno estima que impide el asentamiento anual de 300.000 ciudadanosextranjero que habían ingresado al país legalmente bajo el sistema post-Brexit. El Partido Conservador de extrema derecha y los medios asociados han respondido positivamente a las nuevas medidas contra la migración legal, que alcanzó un máximo neto de 745.000 en 2022.
[ad_2]