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El rey Carlos necesitaba tomarse un respiro. Y ningn lugar mejor que Highgrove, su “paraso-granja” de ms de 364 hectreas en Gloucestershire, a donde lleg (en helicptero) con sus galas militares y con seales ostensibles de cansancio, presto a tomar fuerzas para la maratn final hasta el funeral de Isabel II el prximo lunes.
El rey lleg sin Camilla, que se separ de l el jueves para reconectar por un da con sus nietos en su casa familiar de Wiltshire. Es algo que hicieron con relativa frecuencia durante sus 17 aos de matrimonio: llevar vidas ocasionalmente “separadas”, con retiros espordicos del entonces Prncipe de Gales al palacete que tambin fue testigo en tiempos de sus encuentros furtivos.
Carlos tena 31 aos cuando decidi comprar Highgrove. Su “maestra” de jardinera fue la reina madre, con quien comparti su incipiente pasin en Birkhall, su propia residencia a tiro de piedra de Balmoral en Escocia. Highgrove fue algo as como su capricho o “proyecto” de soltero, y all aliment esa pasin por la naturaleza que dura ya cuatro dcadas.
“Su preocupacin ambiental es del todo sincera y no es simplemente una pose “verde”, como algunos podran pensar”, confes a EL MUNDO, Tony Juniper, asesor ecolgico del entonces Prncipe de Gales y co-autor junto a l del documental “Armona” (2010) y del libro-gua “Cambio climtico” (2017) en la popular coleccin Ladybird.
“Su inquietud tiene detrs mucha experiencia: Highgrove ha sido de alguna manera su laboratorio de pruebas”, atestigua Juniper. “Es ms, he llegado a la conclusin que, de no haber sido el sucesor de Isabel II, habra sido probablemente granjero“.
“Los pequeos agricultores se han convertido en el parachoques de la incertidumbre econmica en la produccin de alimentos”, escribi Carlos en otro de sus opsculos antes de ser rey, “On the future of food”, publicado en la revista Country Life. “Ellos son los que asumen todos los riesgos y los que reciben al final la peor porcin de los beneficios”.
Carlos hablaba por propia experiencia. Precisamente en Highgrove naci Duchy Organic: su lnea de ms de 200 productos ecolgicos que va de los huevos camperos a las verduras, pasando por salsas y mermeladas, una ginebra orgnica y hasta un perfume propio (Highgrove Bouquet). El sello orgnico llega a ms de 30 pases y factura del orden de 10 millones de euros al ao.
Su acuerdo de produccin-distribucin con los supermercados Waitrose rompi moldes en el Reino Unido, aunque la subida al trono va a obligar al rey (ya lo anunci en su primer discurso) a renunciar a todos sus trabajos paralelos en la Prince Foundation, que posiblemente asumir Guillermo.
Carlos ha ido de hecho pasando poco a poco a su hijo mayor el testigo verde, incluido un perodo como estudiante de su asesor Tony Juniper en Cambridge. En el 2020, y de la mano de David Attenborough (que tiene tambin 96 aos y ahora es el britnico ms venerado tras la muerte de la reina), Guillermo lanz el premio Earthshot, que distingue la labor de personas e instituciones para “restaurar” la Tierra.
El nuevo rey, que este verano inst a los britnicos a tratar “la crisis climtica como una emergencia” cuando Londres super por primera vez en su historia los 40 grados, tendr que poner su activismo en remojo bajo el peso de la Corona. Aun as es de esperar que, como hizo en la COP26 de Glasgow, aproveche las grandes ocasiones para seguir mandando mensajes a sus compatriotas y difundiendo conceptos que l mismo ha puesto en prctica en su granja, como la agricultura regenerativa o la economa circular (Highgrove cuenta un sistema de captacin del agua de lluvia y con un programa de compostaje de todos los residuos orgnicos).
Entre abril y octubre, con cita previa, britnicos y turistas pueden visitar los jardines y escuchar el saludo personal del monarca en el vdeo de bienvenida: “He puesto mi alma en Highgrove y todas las cosas que he intentado hacer en este pequeo rincn de Gloucestershire son la expresin fsica de mi filosofa personal”.
“Mi principio ha sido trabajar con la naturaleza y no contra la naturaleza”, recalca el monarca. “En Highgrove no usamos productos ni fertilizantes qumicos. Todo es ecolgico, y todo ha ido creciendo con la ayuda de un gran equipo que ha trabajado conmigo durante aos. Mi esperanza es que quienes visiten el jardn encuentren algo que les inspire, les fascine o les relaje“.
El viaje empieza con el Jardn del Reloj, que fue el primero en crecer, marcando la frondosa bienvenida a la mansin de estilo georgiano. De ah pasamos al Jardn de la Terraza, donde la piedra se integra prodigiosamente con la vegetacin en el pabelln de roble, diseado por Mark Hoare. La tercera parada es el Jardn Comestible con el que Carlos se anticip a la tendencia del huerto orgnico, coronado por el tnel de las manzanas (hasta 15 variedades distintas) y por todo tipo de coles y lechugas para consumo domstico.
Para Carlos, la jardinera es un arte emparentado con la pintura. La naturalista Miriam Rothschild contribuy precisamente a la pincelada ms deslumbrante de Highgrove: el prado de las flores silvestres, segado por las ovejas en el otoo, donde crecen en todo su amarillo esplendor los narcisos silvestres, moteados por el morado del “delfinium” o por los colores de hasta 32 especies amenazadas, como la margarita de ojo de buey o la cresta de gallo.
El Jardn Mediterrneo, la Prgola de la Rosas, el Camino de los Tilos o el Paseo de las Azaleas se van sucediendo ante nuestros ojos con una increble sucesores de colores y aromas. Para el final queda el arboretum, la parte ms silvestre, diseado por el propio Carlos y con estatuas en honor de dos de sus “ecohroes” ms admirados: la activista india Vandana Shiva y el fundador de la Soil Association Patrick Holding.
La transicin entre el jardn y la granja la marcan ms de 200 gallinas, que no solo dan huevos camperos, sino que de paso fertilizan la tierra. Un cartel deja claro que estamos en “zona libre de transgnicos”. Y una extraa sensacin se apodera del visitante tras una inmersin natural que puede prolongarse toda una maana o todo un da…
“Habr quienes piensen que Highgrove no pertenece al mundo real o que se trata de una cara indulgencia”, reconoce el ilustre anfitrin en su vdeo de bienvenida. “Sin embargo, lo que estamos viendo no son ms que soluciones basadas en la naturaleza, que es nuestra mejor maestra”.
El monarca no ha desvelado an cul ser el futuro de su mansin del alma en la campia inglesa. Pero probablemente la siga reservando como parte de su legado “verde” y como el lugar para reencontrarse consigo mismo y con la naturaleza, lo que para su madre simbolizaba Balmoral en las Tierras Altas escocesas.
Para evitar incidentes con ms derrames de tinta como el ocurrido en Irlanda del Norte o del da de su proclamacin, Carlos III us en Gales su propia pluma y firm tranquilamente en libro de visitantes de la catedral de Llandaff en presencia de Camilla y como colofn a una plegaria y a una ceremonia religiosa de reflexin por la muerte de Isabel II. Los cronistas reales celebraron los “resultados satisfactorios” del cambio en el protocolo y la capacidad de adaptacin del monarca, al que se le vio bastante ms relajado tras el da da descanso en su mansin de Highgrove.
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