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En el Nippon Budokan, Muhammad Ali acab con la pierna izquierda destrozada despus de recibir 64 patadas del luchador Antonio Inoki. Fue una extraa pelea celebrada en 1976 entre el rey de los pesados y el campen en artes marciales. Por el tatami del Budokan, que se levant para los Juegos Olmpicos de 1964, tambin han pasado los Beatles, ABBA, Bob Dylan o Eric Clapton. Porque no slo peleas ha acogido el templo del judo en Tokio, un estadio que este martes ha dado cobijo a un acto solemne para despedir a una de las figuras polticas ms relevantes en la historia moderna de Japn: el ex presidente Shinzo Abe, asesinado a tiros el pasado julio durante un acto de campaa para las elecciones a la Cmara Alta.
Representantes de ms de 200 pases, lderes mundiales del pasado y del presente, ms un puado de jefes de organismos internacionales, estaban entre los ms de 4.000 asistentes al funeral de Estado del primer ministro con ms aos de servicio en la historia de Japn. Desde Washington enviaron a la vicepresidenta Kamala Harris, que ha coincidido en el acto con otras figuras relevantes del tablero global como los primeros ministros de India y Australia, Narendra Modi y Anthony Albanese, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel o el secretario de Relaciones Exteriores britnico, James Cleverly. En representacin de Espaa a Tokio acudi el presidente del Senado, Ander Gil.
Todos ellos quisieron presentar sus respetos a la memoria de un poltico conservador con una carrera donde las luces de sus polticas econmicas siempre estuvieron sacudidas por continuos escndalos de malversacin de fondos polticos y favores haca a sus amigos del Partido Liberal Democrtico (PLD). Todo lo que ha rodeado al funeral de Abe ha sido un reflejo de las polmicas que salpicaron a su mandato y a su asesinato.
Porque el asesino del ex primer ministro, Tetsuya Yamagami, dijo que atac al poltico con un arma casera por sus vnculos con la Iglesia de Unificacin, una poderosa organizacin con fuertes nexos con el gobernante PLD. Yamagami cont a la polica que su madre, miembro de la iglesia, haba donado grandes sumas de dinero al grupo religioso, lo que sumi a su familia en la pobreza.
Abe mantena una relacin estrecha con la iglesia, al igual que, segn demostr una investigacin posterior a la muerte del ex primer ministro, 179 de los 379 parlamentarios del PLD. Hubo mucha polmica en Japn por las conexiones de los polticos con una organizacin conocida por celebrar bodas masivas y que ahora est bajo el escrutinio pblico por presionar a sus feligreses para que hagan donaciones que muchos no pueden pagar.
En los ltimos tres meses no ha cesado el alboroto por la relacin del PLD con esta iglesia, alimentando la oposicin de una sociedad dividida ante el funeral de Estado de Abe. Miles de personas han salido a las calles de Tokio durante semanas para manifestarse contra el evento. Incluso un hombre de 70 aos se prendi fuego la semana pasada cerca de la oficina del primer ministro en seal de protesta.
El fin de semana, la agencia de noticias Kyodo public una encuesta que deca que el 60,8% de los japoneses se oponan a la ceremonia y que el 75% opinaba que el Gobierno estaba gastando demasiado en el funeral. El gasto para el evento ha sido otra de las grandes controversias que ha crispado an ms el ambiente en medio de la lucha de Japn contra la peor inflacin en dcadas.
Se estima que de las arcas pblicas se han pagado 1.650 millones de yenes (12 millones de euros) para el funeral. La mayor parte de ese dinero se habra destinado en el dispositivo de seguridad: 20.000 policas desplegados en Tokio, sobre todo alrededor del estadio Budokan y de los hoteles donde se alojan los dignatarios extranjeros. “Los japoneses se preguntan por qu el funeral de Abe va a costar ms que el de la reina Isabel II”, lanzaba hace unos das un anlisis del diario local ‘Japan Times’.
Los manifestantes que se concentraron el martes en el centro de Tokio cuestionaban, adems de la decisin de financiar el evento con el dinero de los contribuyentes, la base legal para organizar un funeral de Estado que solo tiene un precedente en 1967, con la muerte de Shigeru Yoshida, el lder que condujo al pas despus del final de la Segunda Guerra Mundial. La prensa local cit que el coste del funeral de Yoshida no super los 70 millones de yenes, que al cambio actual son poco ms de 500.000 euros.
Pese a las crticas y manifestaciones contra la ceremonia, haba una fila que sala del recinto del Budokan de ms de dos kilmetros con miles de japoneses que, flores en mano, queran presentar sus respetos al ex ministro depositndolas en una carpa de homenaje que se haba instalado cerca del estadio. Dentro del Budokan, fue Akie, viuda de Abe, quien, vestida con un kimono negro, llev las cenizas del lder mientras fuera se disparaban 19 caonazos. Como apunte que destacan los japoneses en redes: al funeral no asisti el emperador de Japn, Naruhito, y en representacin de la familia envi al prncipe heredero Akishino. Naruhito, sin embargo, s que estuvo hace unos das en Londres para el funeral de Estado de Isabel II.
Abe tena 52 aos en 2006 cuando asumi su primer mandato. Fue el legislador ms joven en ocupar el cargo. Poltico de tercera generacin, estuvo en la diana por varios escndalos polticos y dimiti slo un ao despus. Volvi a coger al timn del gobierno en 2012, con Japn arrastrando muchas heridas tras el devastador tsunami de 2011 y el posterior desastre nuclear de Fukushima.
El actual primer ministro nipn, Fumio Kishida, defendi que celebrar el funeral de Estado significaba “defender la democracia”. Abe gan un maratn de seis elecciones nacionales durante siete aos. Pareca imbatible en el tatami poltico. Pero no pudo con una enfermedad que arrastraba desde la adolescencia. En agosto de 2020 anunci su dimisin debido a sus problemas con una colitis ulcerosa. Un ao despus, fue asesinado. Tena 67 aos.
La decisin de Kishida de seguir adelante, pese a las crticas y protestas, con todo el dispositivo para el funeral tambin ha salpicado al actual lder, cuya popularidad cae en picado en las encuestas. El primer ministro ha evitado en todo momento entrar en un debate pblico sobre las razones para celebrar el funeral, y ni siquiera ha sido transparente sobre las cuestiones legales o el coste del evento. Kishida defendi que la ceremonia era una oportunidad para la “diplomacia fnebre” ya que en Tokio se reuniran importantes lderes mundiales con los que el primer ministro ha mantenido en las ltimas horas varias reuniones bilaterales.
Aunque ese argumento no convence ni a la oposicin en el Parlamento ni a muchos de sus votantes. Las ltimas encuestas de Kyodo sealan que el ndice de apoyo al gabinete de Kishida cay a alrededor del 40%, el ms bajo desde que se convirti en primer ministro.
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