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La ONU destacó el martes que se opone a la mayoría de los códigos de vestimenta para las mujeres, después de que Francia prohibiera a sus atletas olímpicas usar hijabs musulmanes en los Juegos de París de 2024.
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“Nadie debería dictarle a una mujer lo que debe o no debe vestir”, dijo a los periodistas en Ginebra la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Marta Hurtado.
El comentario de Hurtado se produce después de que el Ministro de Deportes de Francia dijera que a los atletas del país no se les permitiría usar velo durante los Juegos, en línea con las estrictas reglas del país sobre secularismo.
La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, reiteró el domingo que el gobierno se opone a cualquier exhibición de símbolos religiosos en eventos deportivos.
“¿Qué significa eso? Significa la prohibición de todo proselitismo. Significa neutralidad absoluta en los servicios públicos”, dijo a la televisión France 3.
“La selección francesa no llevará la bufanda”.
Hurtado no se refirió directamente a la posición de Francia.
Pero destacó que la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer excluye las prácticas discriminatorias.
“Todo Estado parte en la convención -en este caso Francia- tiene la obligación de (…) modificar los modelos sociales o culturales basados en la idea de la inferioridad o superioridad de los dos sexos”, afirmó Hurtado.
“Las prácticas discriminatorias contra un grupo pueden tener consecuencias perjudiciales”, subrayó.
“Por eso (…) las restricciones a la expresión de religiones o creencias, como la elección de vestimenta, sólo son aceptables en circunstancias muy específicas”, explicó.
Esto, dijo, significa circunstancias “que abordan preocupaciones legítimas de seguridad pública, orden público, salud pública o moral de una manera necesaria y proporcionada”.
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En Francia, la cuestión de la vestimenta religiosa está en el centro de las estrictas normas de secularismo del país.
Estos tienen como objetivo mantener la neutralidad del Estado en materia religiosa, garantizando al mismo tiempo a los ciudadanos el derecho a practicar libremente su religión.
Las leyes francesas prohíben el uso de símbolos religiosos “llamativos” en ciertos contextos, como en las escuelas públicas y por parte de funcionarios públicos.
Prohibió el uso de máscaras faciales completas en 2010.
En junio, el Consejo de Estado francés confirmó la prohibición de que las futbolistas lleven el hijab.
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