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“¿Estás enojado?” gritó un policía parado en una plataforma, micrófono en mano. “¡¡¡Sí!!!!”, responde su público: cerca de mil policías ondeando banderas Ayuntamiento de París. Esta tarde en la capital francesa, los agentes expresaron su enfado por las condiciones en las que tendrán que trabajar durante los Juegos Olímpicos de París (del 26 de julio al 11 de agosto): “Explotados”, resume Lionel, el oficial al mando de una unidad. en el centro de París.
Faltan menos de 200 días para que se lleve a cabo el evento deportivo y La policía francesa ya ha comenzado a movilizarseconscientes del desafío que tenemos por delante: garantizar la seguridad en un país que ahora se encuentra en alerta máxima por terrorismo y donde los problemas de inseguridad se multiplican.
Numerosas ciudades de todo el país protagonizaron manifestaciones esta mañana en lo que los agentes denominaron “jueves negro”. Estos días amenazan con multiplicarse e incluso tomar medidas más extremas si no tienen claro en qué condiciones tendrán que trabajar.
“Ya sabemos que será una movilización al 100%, que tendremos que trabajar algunas semanas antes, durante los Juegos y en los Juegos Paralímpicos. Sin vacaciones ni mayores remuneraciones”, explica Rudy Mana, agente. y miembro del sindicato Alianza Policía. “Obviamente, si no tenemos una respuesta, tomaremos medidas… Habrá una avalancha de víctimas. Y sin la policía, no habrá Juegos”.
Señalan que ya han tenido un año complicado después de tres meses de violentas manifestaciones contra la reforma de las pensiones y luego disturbios el pasado mes de julio tras la muerte de un joven de 17 años a manos de un policía. Duraron casi una semana y hubo una movilización pacífica excepcional, con 13.000 agentes en las calles cada día, donde incluso se desplegaron tanques.
“Van a cambiar nuestro destino, con jornadas interminables y horas extras, sin vacaciones… Todo sin pagarnos más”, denuncia Thomas, otro agente que participa en la movilización en París. Lionel, que tiene dos hijos, también recuerda que “en aquella época no había escuelas abiertas, por lo que iba a haber muchos problemas para los padres con hijos”, afirma.
Enumeran los problemas a los que se van a enfrentar, “muy difíciles de solucionar”, como el caos que se espera en el transporte de la capital, normalmente ya con problemas cotidianos y muy saturado. “Va a ser un infierno”, dice Thomas.
Según Mana, en toda Francia hay alrededor de 140.000 policías, de los cuales 45.000 estarán presentes durante la ceremonia inaugural, que tendrá lugar a orillas del Sena. “Va a ser imposible, un dispositivo de seguridad alrededor del río… no hay nada peor”, resume Lionel.
“Garantizar la seguridad a lo largo de toda la ruta, incluso si el espacio aéreo está cerrado, será muy difícil en las circunstancias actuales”. “Tenemos mucha presión, con la alerta terrorista y todo lo que está pasando en Israel…”, advertir
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