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La startup francesa de inteligencia artificial Mistral AI anunció el domingo que había recaudado 385 millones de euros (414 millones de dólares), convirtiéndose en uno de los dos líderes europeos en IA.
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Fundada en mayo por pesos pesados del sector, Mistral ya había recaudado 105 millones de euros en junio.
Entre las empresas europeas de IA, sólo la alemana Aleph Alpha ha proporcionado tanta financiación, recaudando casi 500 millones de euros a principios de noviembre.
Esta segunda ronda de financiación, liderada por el fondo californiano Andreessen Horowitz, valora Mistral en 2.000 millones de euros, según fuentes financieras, lo que lo convierte en un unicornio tecnológico francés, valorado en más de mil millones de euros.
Arthur Mensch, director ejecutivo de Mistral, dijo que los resultados recientemente anunciados marcan “otro paso importante en nuestra aceleración”.
El surgimiento de actores europeos de IA se produce cuando la Unión Europea busca garantizar la futura regulación del sector, sin frenar la innovación en la región.
Los estados miembros de la UE y los legisladores llegaron a un acuerdo el viernes sobre cómo redactar reglas que regulen los modelos de IA.
Francia y Alemania temieron inicialmente que una regulación excesiva obstaculizara a sus incipientes campeones.
Entre los partidarios de Mistral se encuentran varios gigantes tecnológicos estadounidenses, incluido el editor de software Salesforce, pero también, según fuentes industriales, el grupo Nvidia, líder mundial en chips para superordenadores.
La movilización de los mayores actores de Silicon Valley refleja el entusiasmo generado por Mistral en apenas ocho meses de existencia.
Los medios estadounidenses ya lo han citado como un potencial rival de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT.
Como muchos de sus competidores, Mistral, que tiene 22 empleados, ofrece a las empresas modelos de lenguaje de código abierto impulsados por datos públicos.
Sus tres cofundadores franceses son el director general Mensch, de 31 años, así como Guillaume Lampe y Timothée Lacroix, todos con experiencia en grandes empresas tecnológicas estadounidenses, incluida Meta.
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