Liberan a una nia de 8 aos en Alemania tras ser encerrada por su madre desde que tena un ao y medio

La menor no presenta signos de malnutricin o maltrato, pero “apenas es capaz” de subir escaleras o “superar desniveles”

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Ocho aos de edad y casi siete de ellos encerrada en una habitacin. Esta es la historia de la nia que las fuerzas de seguridad han rescatado en Attendorn (oeste de Alemania) del encierro al que le haba sometido su madre y sus abuelos por razones an desconocidas.

La liberacin de la menor se produjo el pasado septiembre, aunque ha sido ahora cuando sale a la luz. La conmocin entre los habitantes del pueblo y en toda Alemania ha sido enorme. La clase poltica del estado de Renania del Norte-Westfalia, al que pertenece Attendorn, sealan a la Oficina de Bienestar del Menor del distrito de Olpe. All llegaron, dos aos atrs, las primeras denuncias sobre el paradero de la nia.

La menor, que ha sido encomendada a una familia de acogida, no presenta sntomas de malnutricin o maltrato. Sabe leer, escribir y hacer las cuentas, aunque nunca asisti al jardn de infancia ni a la escuela. La nia es capaz de hablar y caminar, pero “apenas es capaz” de subir escaleras por s misma o “superar desniveles”, afirma el fiscal encargado del caso, Patrick Baron von Grotthuss. El equipo de psiclogos que la atiende teme que su encierro le dejara secuelas.

El caso es aterrador. De las informaciones desveladas por las autoridades se deduce que la nia, con slo ao y medio, fue apartada de la vida por su progenitora. Lo hizo con astucia. En el verano de 2015 se dio de baja en el registro y aport como nueva direccin una en Calabria, Italia. Al padre de la nia, con el que no estaba casada, le dej en el parabrisas del coche una nota informndole de que emigraba. La relacin entre ambos progenitores era mnima, si bien el padre haba reclamado y obtenido la custodia compartida.

Con la madre e hija supuestamente en Italia, el padre rehzo su vida, se cas y form una familia. El contacto con la nia se rompi. Nadie sospech que hubiera algo extrao en la historia de la madre. Ni siquiera la oficina responsable de la asistencia a la juventud en Olpen. Las cartas que esta oficina enviada a la direccin italiana dada por la madre llegaban, o al menos nunca fueron devueltas.

A partir de ah, hay dos versiones. Una de ellas apunta a un chivatazo annimo a la Oficina del Menor informando de que madre e hija nunca abandonaron el pueblo. La otra es que el hermano de esa mujer, decidi viajar a Italia para confirmar el testimonio del padre de la nia, que aseguraba haber visto su ex pareja en la calle tapada con un burka. Sea como fuere, el 14 de julio de 2022, la oficina de asistencia a la juventud de la Oficina Federal de Justicia inici una solicitud de asistencia a las autoridades competentes en Italia. La respuesta de Italia fue “que madre y su hija nunca ha residido en la direccin indicada”.

Madre e hija, efectivamente, nunca viajaron a Italia. El 12 de septiembre, las autoridades procedieron entonces a registrar la vivienda de los abuelos en Attendorn y all las encontraron. Al da siguiente, el 13 de septiembre de 2022, los hechos fueron comunicados ntegramente a la polica por correo electrnico. El 23 de septiembre de 2022, el Tribunal de Familia priv a los padres de parte de su custodia y nombr a la Oficina de Bienestar de la Juventud como tutor suplementario y tutor ad litem. Adems, la madre de la nia estaba obligada a “entregarla inmediatamente a la Oficina de Bienestar de la Juventud como tutor suplementario”.

La fiscala de Siegen ha incoado diligencias preliminares contra la madre de la nia y sus padres por cargos de maltrato a un pupilo y privacin de libertad. El distrito de Olpeha ha abierto, por su parte, un procedimiento interno. “Espero que las investigaciones den respuestas a la pregunta que nos conmueve a todos, por qu se ocult a la nia durante tantos aos y se le neg una vida infantil normal”, declara administrador del distrito, Theo Melcher. Pero no es la nica pregunta sin respuesta… Una nia de ocho aos ha estado encerrada siete, un tiempo inconcebible, y nadie se dio cuenta ni inform de nada.

Un paradero que no levantaba sospechas

La casa de la familia en el tranquilo pueblo es poco llamativa. Los tpicos geranios en las ventanas y poco ms. No hay vegetacin que valga la pena mencionar y tampoco seales de que all viva una nia. Nada de bicicletas en la entrada, un juguete extraviado o cuadros coloridos junto a las ventanas.

El jefe de la Oficina de Bienestar Juvenil, Michael Frber, se justific: “No haba indicios slidos ni pistas concretas de que la chica se alojara all”. Para la Fiscala no es suficiente: “Tambin tenemos que esclarecer si la Oficina de Bienestar Juvenil hizo todo lo necesario para destapar el caso”, explic el fiscal superior. La cuestin “se plantea inevitablemente si el nio no podra haber sido encontrado antes”. Normalmente, los habitantes del pueblo saben rpidamente quin entra y sale de las casas de sus vecinos. Resulta sorprendente que no se haya visto al nio durante tantos aos, y al mismo tiempo es un indicio de que el acusado ha procedido como lo hizo.

“Para el nio, el mundo est ahora al revs. Se sentir como en otro planeta”, dice Nicole Vergin, de la Asociacin de Proteccin de la Infancia de Renania del Norte-Westfalia. Las necesidades bsicas de la nia y los derechos fundamentales de los nios a la educacin, el juego o los contactos sociales han sido ignorados. Esto tendr un impacto en su desarrollo mental, psicolgico y motor.

Lo primero y ms importante es estabilizar a la menor mentalmente, advirti la trabajadora social de la educacin Sabine Mller-Kolodziej. Aunque hubiera que responsabilizar a los acusados, habra que permitir que la nia siguiera teniendo un contacto acompaado con ellos para no desarraigarla. Para la Agencia de Proteccin de la Infancia lo ms importante ahora es acompaar cuidadosamente a la nia en su camino hacia una vida normal.