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Él Chavisismo liberó al dirigente universitario este sábado por la noche Juan Álvarez, de 24 años, cuyo secuestro y tortura por parte de agentes militares conmocionó a la opinión pública venezolana. La liberación del joven estudiante de Antropología y Derecho de Universidad Central de Venezuela (UCV) es parte de los convenios celebrados entre Washington y Caracas y se produce 72 horas después del intercambio múltiple del presunto líder de Nicolás Maduro, el magnate colombiano Alex Saab, y una treintena de prisioneros y rehenes, entre ellos 10 estadounidenses y seis sindicalistas involucrados en el caso álvarez.
“Mi prioridad ahora es la salud”, admitió el joven universitario a la puerta de la prisión, mientras allí le esperaban su madre y sus amigos. Álvarez también agradeció a las autoridades universitarias, que han estado presionando por su libertad en las últimas semanas.
El joven no se olvidó de quienes lo rodeaban. 260 presos políticos que aún permanecen en las cárceles de Maduro. “Hay muchos presos políticos que necesitan atención médica”, insistió.
Su liberación estaba prevista para la primera vuelta de octubre, cuando el régimen decidió liberar al periodista Roland Carreo, vinculado al gobierno interino de Juan Guaid, y al líder político Juan Requesens. Pero entonces quedó paralizado, ya que también se retrasó en el intercambio de esta semana. El joven incluso pasó diferentes pruebas en diferentes días en el Departamento de Medicina Forense.
Agentes de la Dirección de Asuntos Especiales (DAE), que forman parte de Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), secuestró al joven en agosto y lo torturó para obligarlo a grabar un video en el que acusaba directamente a sindicalistas y activistas sociales.
Los soldados lo golpearon con un bate de béisbol después de cubrirlo con un colchón para no dejar marcas y le aplicaron descargas eléctricas en los testículos, las rodillas y las costillas.
Los torturadores actuaron con tanta ferocidad que el joven perdió la vista del ojo izquierdo durante semanas y sufrió lesiones en el riñón izquierdo. Pero el ejército no obtuvo esas pruebas falsas. Álvarez admitió al salir de prisión que tenía graves dificultades para leer con el ojo lesionado.
Sólo los seis sindicalistas perseguidos, entre ellos Emilio Negrán, líder de la Coalición Nacional de Sindicatos, y Alcides Bracho, militante de Bandera Roja marxista, están ya en libertad tras 500 días de prisión, acusados falsamente de conspiración y terrorismo por promover reivindicaciones laborales . y sociales.
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