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El Parlamento francés respaldó el jueves una serie de medidas que hacen que la moda rápida y de bajo costo, particularmente de los productores en masa chinos, sea menos atractiva para los compradores.
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Esta votación convierte a Francia en el primer país del mundo “en legislar para limitar los excesos de la moda ultrarrápida”, declaró Christophe Bechu, ministro de Transición Ecológica.
Las medidas clave incluyen prohibir la publicidad de los textiles más baratos e imponer un impuesto ambiental a los artículos de bajo costo.
El mercado francés de ropa se ha visto inundado de ropa importada barata, mientras que varias marcas locales se han declarado en quiebra.
Pero los principales argumentos esgrimidos por Horizons, el partido aliado del presidente Emmanuel Macron que presentó el proyecto de ley, fueron medioambientales.
“Los textiles son la industria más contaminante”, dijo la diputada de Horizons Anne-Cécile Violland, afirmando que el sector representaba el 10 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y era un importante contaminador del agua.
Citó a la empresa china Shein y sus “7.200 prendas nuevas al día” como un excelente ejemplo de producción intensiva de moda.
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Francia aplicará criterios como el volumen de ropa producida y la velocidad de facturación de las nuevas colecciones para determinar qué constituye moda rápida, según la ley.
Una vez que la ley entre en vigor –que todavía requiere una votación en el Senado– los criterios precisos se publicarán en un decreto.
Los productores de moda rápida estarán obligados a informar a los consumidores sobre el impacto medioambiental de su producción.
A partir del próximo año está previsto un recargo relacionado con la huella ecológica de la moda rápida de cinco euros (5,45 dólares) por artículo, que aumentará a 10 euros en 2030. Este aumento, sin embargo, no puede exceder el 50% del precio de un artículo.
Violland dijo que los ingresos del impuesto se utilizarían para subsidiar a los productores de ropa sostenible, permitiéndoles ser más competitivos.
Une mesure visant à limiter la publicité pour la fast fashion a également été approuvée, même si le député conservateur Antoine Vermorel-Marques a fait remarquer qu'« une interdiction de la publicité pour le textile, en particulier pour la mode, sonne le glas de la moda “.
Se ha cancelado una iniciativa presentada por diputados de izquierda y de los Verdes para incluir en la nueva ley sanciones mínimas para los productores que infrinjan las normas, así como cuotas de importación y criterios laborales más estrictos en la industria.
La moda de alta gama es una piedra angular de la economía francesa gracias a las principales marcas de lujo mundiales como Louis Vuitton, Chanel, Hermès, Dior y Cartier.
Pero el segmento francés de la moda de gama baja ha perdido terreno frente a sus rivales europeos Zara, H&M y, más recientemente, los gigantes chinos Shein y Temu.
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