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“Para así para no”: con esa fórmula, que utilizó con insistencia, Massa, el ministro de Economía con una inflación anual del 140 por ciento, logró convertir a Milei en el cuestionado, en el candidato que debía justificarse por lo que él no lo hizo. Hacer lo. año.
Argentina entró en la semana decisiva de las elecciones presidenciales con un debate muy numeroso en el que el peronista Sergio Massa dominaba psicológicamente al populista ultraliberal Javier Miley.
“Así, así no”: con esa fórmula, que utilizó insistentemente Massa, el ministro de Economía con una inflación anual del 140 por ciento, logró convertir a Milei en la interrogada, sobre el candidato que tiene que justificar lo que aún no ha hecho.
a veces era una sesión de hipnosis, Tan sorprendente fue el dominio psicológico del peronista sobre su rival que respondió a todas las preguntas que éste le hizo, muchas de ellas en tono de ultimátum.
Tan extraño fue el debate que Milei no culpó a Massa por el problema de la inflación, tampoco ahondó en la corrupción del gobierno peronista ni en los casos judiciales de la vicepresidenta. Cristina Fernández de Kirchner.
El debate fue un punto culminante de la campaña, con un Audiencia cercana a la de la final del Mundial de fútbol que ganó el equipo de Lionel Messi hace once meses en Qatar.
La primera parte del debate fue sorprendente: Massa dominó psicológicamente a Milei, cuestionándolo e instándolo a responder “sí o no”. Y el ultraliberal, como si fuera un hermano menor justificándose ante el mayor, Respondí cada una de las preguntas. En la segunda parte del debate, Milei equilibró un poco las acciones.
“Massa aprovechó un debate contra un Milei que no aprovechó la enorme crisis que dejó el gobierno”, analizó “Clarn”, mientras que “La Nación” enfatizó que el ministro “impuso su agenda y Milei no logró provocar malestar”. “.
En el debate decisivo de este domingo se llegó a un punto Clima de saciedad y angustia. Hartos de la situación económica y del larguísimo proceso electoral, que incluyó primarias, primera vuelta y segunda vuelta. Empleo, porque para un porcentaje muy importante de argentinos, Tanto Massa como Milei son una pieza absolutamente indigesta. En un país donde el voto es obligatorio, muchos querrán desaparecer y simplemente no votar.
Pero las inevitables elecciones están previstas. el próximo domingo 19 elecciones en las que Massa alcanza el 36,8 por ciento de los votos frente al 30 de Milea. El ultraliberal apuesta por conservar casi todos los votos que el tercer candidato sumó en octubre. Patricia Bullrichde la coalición social-liberal Juntos por el Cambio: 23,8 por ciento.
Las reglas del debate le permiten abandonar el atril, pero sólo Massa se dio esa libertad, al principio y al final.
El debate de cierre, realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), contó con varios participantes cantando y gritando a favor de cada uno de los candidatos en una fresca noche de primavera en la capital argentina.
La pregunta que se hacen todos en el país es Si el debate influirá en las elecciones, y este enfoque tiene ventajas y desventajas.
“Javier Milei jugó para evitar las preguntas incómodas que le hizo Sergio Massa durante el debate presidencial. Esa dinámica fue una constante durante toda la discusión”, dijo a “Página 12”, diario vinculado al peronismo.
“La ventaja estructural está a favor de Milea como candidato”, advirtió sin embargo el analista Alejandro Catterberg en el canal de noticias TN, en referencia a la fuerte imagen negativa que tiene Massa desde hace años. Catterberg también destacó el deseo mayoritario expresado por los argentinos en la primera vuelta del 22 de octubre de poner fin a los 20 años de hegemonía del kirchnerismo, la última versión del peronismo.
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