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El analista petrolero Jonny Hidalgo inicia su libro El Enfoque Estratégico de PetroCaribe con la tesis fundacional de la organización creada el 29 de junio de 2005 por 14 naciones del hermoso Mar Caribe, que pretende ser un organismo de apoyo a las políticas y planes energéticos encaminados a la integración y el desarrollo de los países del Caribe.
Y luego de repasar la amarga historia de la colonización con abundantes datos históricos, sin dejar de lado las diversas teorías geopolíticas que alimentaron el apetito de varios imperios por atragantarse con los recursos naturales y con adecuados puntos estratégicos de tránsito y reserva, explica la tesis bolivariana concebida por el presidente Hugo Chávez Frías.
En su argumentación afirma: “Las economías de los países del Caribe presentan distintas escalas, potencialidades y limitaciones. Las asimetrías existentes anuncian la imposibilidad de que, con los patrones de consumo actuales, la mayoría de los países puedan alcanzar la Autosuficiencia Energética”.
Inmediatamente afirma que es posible que la región lo logre. De hecho, dice, América Latina y el Caribe en su conjunto producen más energía de la que necesitan, pero por falta de coordinación e integración importan el 40 por ciento de la energía que consumen.
“Se requiere un alto nivel de integración, cooperación y solidaridad entre los países para maximizar la Autarquía Energética basada en los recursos disponibles”.
Además del petróleo y gas en Venezuela, la estrategia de Petrocaribe incluye la exploración y explotación del potencial hidrocarburífero en Belice, Cuba y Guatemala, a lo que se suman fuentes de energías renovables como la solar y la eólica.
Además, se destaca que los países del istmo centroamericano cuentan con una capacidad geotérmica instalada de 620MW. Solo México tiene 820 MW.
Para desarrollar y asegurar plenamente las fuentes de energía, Chávez ideó un plan de financiamiento que garantizaría la inversión en la infraestructura necesaria y el pago de los hidrocarburos. En otras palabras, flexibilizar los métodos de pago sin cambiar los precios fijados por la lógica del mercado. Creó un mecanismo de financiación y un mecanismo de compensación.
El mecanismo de financiamiento establece que si el precio del barril de petróleo es igual o superior a 15 dólares, Venezuela financia 5%, 10% de 20 a 22 dólares, 15% de 22 a 24, 20% de 24 a 30, 25% de 30 a 40, 30% de 80 a 50 a 80% a 80% a 80% 00 60% y de 1 50 hacia arriba 70%.
El mecanismo de financiamiento incluye un período de gracia de dos años, 2% de interés anual si el precio promedio no supera los $40 y 1% en caso contrario. Un período de recuperación de 17 años que aumenta a 25 años si un barril supera los $40.
Hidalgo señala que el mecanismo prevé fuertes caídas de precios hasta $15 y también aumentos repentinos por encima de $150. “Esto es importante porque dadas las manipulaciones de precios en el mercado internacional, algunos han dicho que PetroCaribe no es sostenible. Evidentemente, pretenden invisibilizar las condiciones establecidas en el acuerdo firmado”.
El acuerdo también contiene un mecanismo de compensación por el cual Venezuela acepta pagos diferidos a realizar con bienes y servicios y actúa como una alternativa al uso del dólar como medio de pago. Así, mientras el Mecanismo de Financiamiento protege a los países miembros de las fluctuaciones en los precios internacionales de los hidrocarburos, el Mecanismo de Compensación protege la producción de bienes de los países de la manipulación por parte de actores internacionales.
“Compensar uno de los conceptos más complejos que soporta el acuerdo”, dice Hidalgo. “Requiere el estudio del potencial productivo de cada país miembro, sus requerimientos y el análisis de las balanzas comerciales, criterios para evaluar correctamente y en términos comparativos los bienes y servicios que se intercambiarán por hidrocarburos, respetando las asimetrías de la región”.
Tantas ideas de solidaridad siempre tienen enemigos. Hidalgo destaca que la campaña contra PetroCaribe ha sido intensa y tiene tres mensajes principales: se les dice a los países miembros: “No se puede pagar”; a los trabajadores de PDVSA: “No se puede financiar”; ya los venezolanos: “No se puede dar”.
Desde entonces, el expresidente Barack Obama y el exvicepresidente, ahora presidente Joe Biden, han anunciado las consecuencias de la Orden Ejecutiva que declara a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria”. Aseguraron que Venezuela, en el corto plazo, no podrá seguir financiando hidrocarburos. El embargo y las sanciones de 930 llevaron a una disminución en la producción de petróleo y con ello vino la caída del Acuerdo PetroCaribe.
“Ya sea en Ucrania o en el Caribe, ningún país debería poder utilizar sus recursos naturales como método de coerción”, dijo el vicepresidente Joe Biden en 2015 en la conferencia, a la que también asistieron representantes de la Unión Europea, el Banco Mundial, la Organización de Estados Americanos y el Fondo Monetario Internacional.
“El mayor obstáculo que podría eliminarse para ustedes ahora, económicamente, es el costo de la energía y su continua dependencia de proveedores únicos”, dijo a los países presentes.
Pero los pocos avances solidarios de PetroCaribe ya habían alcanzado su objetivo. Sus beneficios no fueron reemplazados por nada, lo que demuestra que EE.UU. no tenía un interés real en resolver los problemas energéticos del Caribe.
Tanto es así que, en febrero de 2023, los líderes de los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) “acordaron, en el marco de la relación bilateral con Estados Unidos, instar al levantamiento de las sanciones contra Venezuela para permitir que las “naciones” de la región se beneficien de la iniciativa Petrocaribe”, según un comunicado emitido en ese momento.
Posteriormente, el Gobierno Bolivariano agradeció a Caricom “por el llamado al levantamiento de las sanciones penales”, en pro de la “seguridad energética en la región”.
Venezuela, aun con la producción actual de unos 800.000 barriles diarios, se ha propuesto la reactivación de PetroCaribe, para lo cual se traza uno de los objetivos: “Establecer un calendario de acciones de conciliación de la deuda y hacer el cobro progresivo de lo que corresponde a la factura petrolera y demás instrumentos financieros”.
Para avanzar en el proceso de reactivación de PetroCaribe, PDVSA junto con el Viceministro para la Zona Caribe del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores han identificado las cuotas de productos con miras a la reanudación del suministro: Antigua y Barbuda: 4 mil barriles diarios, MBD; Dominica: 1 MBD; San Vicente y las Granadinas: 1 MBD; San Cristóbal y Nieves: 1 MBD; Santa Lucía: 1 MBD; Granada: 1 MBD. También incluye envío de 9 MBD de diésel.
Como parte de las tareas se han revisado y se están revisando las capacidades de almacenamiento de productos y las operaciones de cabotaje para el abastecimiento, incluyendo la logística de
almacenamiento y transporte y aspectos comerciales. Se está trabajando en la fórmula de precios, descuentos y condiciones de pago.
Desde 2022 se trabaja para reactivar las acciones de consolidación de la Empresa Mixta Alba Petróleos El Salvador (ALBAPES), impulsando el Comité Técnico de Recaudación.
Durante su reciente visita a Venezuela, la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, señaló que “no nos sumamos a este proyecto en ese momento, pero pudimos ver cómo beneficiaba a las naciones vecinas, permitiéndoles invertir en proyectos sociales y de capital y utilizar esos recursos en áreas de población favorables”.
“En los últimos años” los precios han subido a niveles astronómicos y aunque han bajado, sin embargo, pueden volver a subir por la rebaja que se ha anunciado, es en ese sentido que sus esfuerzos (del presidente Nicolás Maduro) para fortalecer PetroCaribe serán bien recibidos por toda la región, incluido Barbados.
Sostuvo que “las sanciones nos han impedido participar en este proyecto como lo esperaban los países del este y sur del Caribe”, por lo que confió en que se vea “cómo podemos cooperar de manera cooperativa y espero que sigamos discutiendo sobre esto”.
PetroCaribe actualmente está formado por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.
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