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¿Por qué ponerlo en piedra? Francia se ha convertido en la primera nación en consagrar el derecho al aborto en su constitución, gracias a la abrumadora aprobación de una inusual sesión conjunta de ambas cámaras del Parlamento. Los legisladores lanzaron la iniciativa después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara una garantía federal de medio siglo de antigüedad. Pero, ¿la disminución de los derechos reproductivos al otro lado del Atlántico y en países como Polonia y Hungría requiere una enmienda constitucional en Francia?
Está tácita la posibilidad de que una extrema derecha francesa tome el poder por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Su líder, Marine Le Pen, votó a favor de la enmienda, al igual que la mayoría de su partido, pero muchos conservadores también quieren que la Constitución reconozca las raíces cristianas de Francia.
¿Por qué estas cuestiones sobre las guerras culturales resuenan con tanta fuerza? ¿Son estas preguntas específicas de Francia y Europa, o son parte de una conversación global sobre cómo la humanidad define los derechos de género? En términos más generales, ¿en qué dirección oscila el péndulo?
Producida por Alessandro Xenos, Rebecca Gnignati e Imen Mellaz
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