Tensin y combates en Bajmut, una de las ltimas posiciones donde los rusos avanzan en Ucrania

En la localidad ya no hay agua ni gas y la electricidad fue cortada hace diez das

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En Bajmut, en el este de Ucrania y una de las ltimas posiciones donde los rusos avanzan, durante el da las fuerzas ucranianas deben soportar una lluvia de obuses y por la noche una batalla cara a cara, cada vez ms cercana, que enloquece a algunos. Esta pequea localidad, que tena 70.000 habitantes antes de la guerra, vive bajo el reverberar de los obuses que caen dentro y los que salen desde esta posicin.

En un momento del conflicto en el que el ejrcito ruso se bate en retirada, el presidente ucraniano, Volodmir Zelenski, admiti el sbado que hay una situacin militar sumamente “difcil” en torno a la ciudad de Bajmut.

Los soldados ucranianos controlan todava la mitad oeste y norte de la ciudad, constataron el sbado periodistas de la AFP. En el centro una lnea de demarcacin hecha con bloques de cemento y travesaos marca la frontera. Detrs de este “punto cero” est la zona gris, donde los combatientes rusos y sus aliados organizan la ofensiva.

Los fuerzas separatistas de la regin de Donetsk, respaldadas por Rusia, participan en esta batalla. Han avanzado hacia el este y el sur, aprovechando la proximidad de su base para la retaguardia en la ciudad de Donetsk, a unos 100 km. El jueves anunciaron que tomaron dos suburbios vecinos: Opitin y Ivangrad.

Desde entonces, se reforzaron los miedos a que se infiltren tropas rusas en la zona, incluyendo mercenarios del grupo paramilitar Wagner, segn un comunicado publicado por los servicios de inteligencia britnicos. Y la batalla, segn estos combatientes ucranianos interrogados por la AFP, se ha transformado en un cara a cara con estas milicias.

“Ellos comienzan cuando oscurece, hacia las 18H00 envan sus primeros comandos de reconocimiento”, explica Anton alias ‘Poliak’, un soldado ucraniano de 50 aos de la 93 brigada, que regresa del frente tras sufrir una herida leve y que est en un estado de agotamiento extremo.

Pero estos soldados, a quienes llama con amargura “de un slo uso”, son reclutas sin experiencia, afirma. Los envan como “distraccin”, mientras los comandos de sabotaje rusos, a quienes describe como ms experimentados, maniobran desde ms lejos. “Hasta las 05H00 de la maana, sufrimos siete u ocho ataques como este”, explica.

Tras cuatro das y cuatro noches sin dormir, ‘Poliak’, que antes de la guerra era camionero, reconoce que con la tensin y el cansancio tiene “alucinaciones“. Una noche su unidad abri fuego contra lo que crey era un comando ruso. En la madrugada se dieron cuenta de que eran unos troncos. Desde entonces este grupo que parti al combate con 13 efectivos y volvi con 11, incluyendo cinco heridos, est de descanso.

En la parte de la ciudad que todava controlan los ucranianos, tras dos meses de combates los edificios son testimonio de los enfrentamientos: ventanas rotas y techos arrancados muestran la fuerza de las explosiones.

Los civiles viven en sus stanos y slo se arriesgan a salir para buscar comida, agua, algo para calentarse o para cargar sus telfonos en un generador colectivo. A veces para tomar un poco de aire. En la localidad ya no hay agua ni gas y la electricidad fue cortada hace diez das.

Una mujer de 80 aos est en la calle conmocionada. “Ya no se puede ni siquiera enterrar a la gente!”, se lamenta, contando que su hermana sigue estando bajo los escombros. “Nadie pudo venir a sacarla. Estoy deambulando. No s a donde ir”, cuenta la mujer que se dedicaba a la apicultura. “Mis abejas estn en algn lugar en el bosque, solas. Nosotros tambin estamos abandonados a nuestra suerte”, concluye, estallando en llanto.