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El ex médico ruandés Sosthène Munyemana fue condenado el miércoles a 24 años de prisión por un tribunal francés por su participación en el genocidio de los tutsis de 1994.
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El ex ginecólogo de 68 años fue declarado culpable de genocidio, crímenes de lesa humanidad y participación en una conspiración para preparar estos crímenes.
Sus abogados dijeron que planeaban apelar el veredicto.
El fiscal había solicitado una pena de prisión de 30 años, alegando que “todas” sus elecciones presentaban “los rasgos de un genocida”.
Munyemana fue acusado de ayudar a redactar una carta de apoyo al entonces gobierno interino, que alentó la masacre de tutsis.
También fue acusado de ayudar a establecer barricadas para detener a personas y mantenerlas en condiciones inhumanas en oficinas del gobierno local antes de ser asesinadas en la prefectura de Butare, en el sur de Ruanda, donde vivía en ese momento.
Durante el juicio, Munyemana cuestionó repetidamente estas acusaciones, afirmando que era un hutu moderado que, en cambio, intentó “salvar” a los tutsis ofreciéndoles “refugio” en oficinas del gobierno local.
En 2011, un tribunal francés acusó formalmente al padre de tres hijos como sospechoso de participar en el genocidio de 1994.
Munyemana era cercano a Jean Kambanda, jefe del gobierno interino establecido después de que el avión que transportaba al entonces presidente Juvenal Habyarimana fuera derribado por un misil en 1994.
El juicio en el Tribunal Penal de París tuvo lugar casi tres décadas después de que se presentara una denuncia contra Munyemana en Burdeos, suroeste de Francia, en 1995.
Se trata del sexto juicio en Francia contra un presunto participante en las masacres, en las que alrededor de 800.000 personas, la mayoría de origen tutsi, fueron masacradas en 100 días por soldados hutus y milicias extremistas, según cifras de la ONU.
Francia es uno de los principales destinos de las personas involucradas en la masacre de Ruanda que huyen de la justicia nacional.
Ruanda, bajo el presidente Paul Kagame, ha acusado a París de no querer extraditar a los sospechosos de genocidio ni llevarlos ante la justicia.
Desde 2014, Francia ha juzgado y condenado a seis personalidades, entre ellas un exjefe de los servicios secretos, dos exalcaldes y un exconductor de hotel.
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